Mi día a día de gratitud

28 de mayo de 2024by Verónica Gonzalez S.

Desde niña, la gratitud fue una parte integral de mi vida, inculcada por mi madre, una mujer profundamente religiosa. Cada día, la veía orar con devoción, agradeciendo a Dios por un nuevo amanecer, por los alimentos en nuestra mesa y por nuestra salud. Me invitaba a rezar junto a ella (debo confesar que lo hacía de mala), cultivando así un corazón agradecido desde temprana edad.

Al crecer y entrar en la adultez, la gratitud permanecía en mi vida, pero no como un hábito constante. Agradecía las cosas buenas que recibía, pero no practicaba una gratitud diaria consciente. Todo cambió con la llegada de la pandemia. En medio de la incertidumbre y el aislamiento, busqué consuelo y redescubrí el yoga, una práctica que había dejado de lado. Con el yoga, vino una nueva conciencia de mi cuerpo, mi mente y mi entorno. Empecé a ver las maravillas que la vida me ofrecía cada día y a agradecer por ellas de manera habitual.

El mindfulness también se convirtió en una parte esencial de mi rutina diaria. Me enseñó a detenerme y estar presente en el momento, apreciando los pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos. Mis días se volvieron más alegres y luminosos. Me enamoré de los amaneceres y atardeceres, de los rayos del sol que entraban por mi ventana, llenando mi hogar de luz y calor. Me obsesioné con los pequeños detalles de la naturaleza: el canto de los pájaros, el susurro del viento, las flores que florecían a mi alrededor. Esta nueva perspectiva me ayudó a estar más presente y plena, disfrutando cada momento.

Como psicóloga, esta práctica de gratitud ha sido fundamental en mi propio autocuidado. En mi profesión, el bienestar emocional y mental es crucial, no solo para mis pacientes, sino también para mí misma. Practicar la gratitud me ha permitido mantener un equilibrio emocional, reducir el estrés y fortalecer mi resiliencia, lo que a su vez me permite brindar un mejor apoyo a quienes buscan mi ayuda.

Decidí compartir esta transformación con otros a través de mi Instagram. Creé un diario de gratitud, donde registraba mis pensamientos y agradecimientos diarios. Después agregue el arteterapia y los dos; siguen siendo unas herramientas valiosas para quienes buscan cultivar una rutina de gratitud en sus vidas.

Hoy en día, mis mañanas comienzan con meditación (que no es fácil y que día a día trabajo en ella) y gratitud. Incluso un día gris y frío tiene sus beneficios y su belleza, enseñándome a apreciar la diversidad de cada momento. Los atardeceres después de la lluvia se han convertido en mis favoritos, con su capacidad de sorprenderme siempre con su deslumbrante belleza.

Mañana:

1. Establece un Horario Fijo:
– Dedica los primeros 10 minutos de tu día a escribir en tu diario de gratitud. Hacerlo a la misma hora cada mañana ayuda a establecer el hábito (pon tu alarma unos minutos antes de lo habitual).

2. Encuentra un Lugar Tranquilo:
– Busca un lugar en tu hogar donde te sientas cómodo y sin distracciones. Puede ser un rincón tranquilo en tu habitación, en la sala o incluso en el jardín.

3. Usa un Cuaderno Especial:
– Elige un cuaderno bonito o una agenda dedicada exclusivamente a tu gratitud. Esto hará que el acto de escribir se sienta más significativo. También lo puedes hacer con imprimiendo la hoja que te dejo.

4. Comienza con Respiración y Meditación:
– Antes de empezar a escribir, dedica unos minutos a la respiración profunda o a una breve meditación para centrarte y conectar contigo mismo.

5. Escribe Tres Cosas Positivas:
– Anota tres cosas por las que te sientes agradecido al comenzar el día. Pueden ser simples, como «Estoy agradecido por el sol que brilla hoy» o más profundas, como «Estoy agradecido por la salud de mi familia».

6. Sé Específico y Personal:
– Detalla por qué estás agradecido por cada cosa. En lugar de escribir «Estoy agradecido por mi trabajo», específica «Estoy agradecido por mi trabajo porque me permite aprender y crecer cada día».

Noche:

1. Reflexiona Sobre el Día:
– Dedica 10-15 minutos antes de acostarte para reflexionar sobre tu día. Este es un buen momento para revisar los momentos positivos y las lecciones aprendidas.

2. **Encuentra un Lugar Acogedor:**
– Elige un lugar cómodo y tranquilo, como tu cama o un sillón cómodo. Asegúrate de que esté libre de distracciones y de que puedas relajarte.

3. Revisa tus Anotaciones Matutinas:
– Repasa lo que escribiste en la mañana y reflexiona sobre cómo esos puntos de gratitud se desarrollaron a lo largo del día.

4. Escribe Tres Momentos Agradecidos del Día:
– Anota tres cosas por las que estás agradecido al finalizar el día. Pueden ser momentos específicos, interacciones con personas o experiencias que te hicieron sentir bien.

5. Incluye Detalles y Emociones:
– Describe cómo te sentiste durante esos momentos y por qué fueron significativos para ti. Esto te ayudará a conectar más profundamente con tus emociones.

6. Añade una Reflexión Personal:
– Termina tu escritura nocturna con una breve reflexión sobre el día. ¿Qué aprendiste hoy? ¿Cómo te sentiste? ¿Hay algo que harías diferente mañana?

Consejos Generales:

– Sé Consistente:
– La clave para establecer una rutina es la consistencia. Trata de no saltarte ningún día, incluso si te sientes cansado o tienes poco tiempo.

– Mantén una Actitud Positiva:
– Aborda tu diario de gratitud con una actitud positiva y abierta. No te preocupes por escribir de manera perfecta, lo importante es la intención y la autenticidad.

– Evita la Repetición:
– Intenta encontrar nuevas cosas por las que estar agradecido cada día para evitar caer en la rutina. Esto te ayudará a ser más consciente de las diferentes bendiciones en tu vida.

– Involucra a Otros:
– Comparte tu práctica de gratitud con los hijos, pareja, amigos o familiares. Pueden motivarse mutuamente y compartir sus experiencias.

– Sé Paciente:
– Crear un nuevo hábito lleva tiempo. No te desanimes si no ves resultados inmediatos. Con el tiempo, notarás una mejora en tu perspectiva y bienestar general.

Mantener una rutina de escritura de gratitud en la mañana y en la noche puede transformar tu perspectiva y enriquecer tu vida diaria.